No hay nada como disfrutar de unas vacaciones en un alojamiento con piscina. Un plan ideal para desconectar por completo de la rutina diaria, relajarse y disfrutar de la familia o los amigos. Pero si te preocupa tu salud, el medio ambiente y la sostenibilidad, seguro que prefieres alojamientos con piscinas naturales.
Una piscina natural es un lugar diseñado para el baño que cuenta con un circuito de agua cerrado donde el agua es depurada de manera natural, sin usar productos químicos. Con lo cual, bañarse en una piscina natural es como hacerlo en un lago o en un río de agua cristalina. Una solución ideal para amantes de la naturaleza que quieran disfrutar de un entorno totalmente natural.
Beneficios de los alojamientos con piscinas naturales
Como es obvio, los beneficios de bañarse sin cloro u otros productos químicos son indiscutibles. Y es que cada vez se van descubriendo más efectos perjudiciales que el cloro y las cloraminas tienen sobre nuestra piel, nuestros ojos y nuestro cabello. En este sentido, las piscinas naturales son una opción mucho más respetuosa con nuestro cuerpo. Pero además, ofrecen otras muchas ventajas:
Sensación de unión con la naturaleza
Lo primero que queremos destacar es esa sensación indescriptible de bañarse en medio de la naturaleza, lo que es imposible de conseguir con las piscinas artificiales. La emoción que supone sumergirse en una piscina natural es la misma a la que sentiríamos al zambullirnos en río o lago de aguas cristalinas.
Perfecta integración con el entorno
Las piscinas naturales se integran perfectamente con el paisaje, adaptándose a la forma del terreno. La idea es crear un espacio que evoque a la naturaleza, como un lago o un río. No obstante, también es posible diseñarlas con una forma parecida a la de las piscinas de toda la vida, pero con un estilo más minimalista y rodeada de cemento pulido o suelo de madera.
Pero además, hay que destacar que podrás disfrutar de un paisaje distinto en cada estación, ya que las flores irán brotando y deshojándose a lo largo del año.
Solución para pieles atópicas y reacciones alérgicas
Seguro que alguna vez te ha pasado. Te has bañado en una piscina y horas después sigues oliendo a cloro o no puedes abrir los ojos debajo del agua porque te pican. Y lo que es peor, si tienes la piel atópica, incluso preferirás no bañarte. En este sentido, las piscinas naturales son la mejor solución, evitando todo tipo de reacciones en la piel.
Uso de un sistema de depuración natural
Las piscinas naturales no usan sustancias químicas para depurar el agua, sino que se purifican gracias a la integración de gravas, plantas acuáticas y microorganismos, que son mucho más respetuosos con el medio ambiente.
Mantenimiento más sencillo
El mantenimiento de una piscina natural es mucho más fácil que el de las piscinas convencionales. Mientras que en una piscina de cloro es necesario estar pendientes del nivel del PH y del cloro para evitar la oxidación, en las piscinas naturales no hay que preocuparse por ello. Cuando las ponemos en marcha en un primer momento, lo normal es que se ponga verde, pero después pasará a ser transparente y a partir de ese momento no tendremos que realizar ninguna labor adicional de mantenimiento, salvo la limpieza, del mismo modo que lo haríamos en una piscina normal.
En definitiva, las piscinas naturales son una apuesta más beneficiosa para el planeta, pero también para nuestra salud, ya que no exponemos nuestro cuerpo a sustancias que puedan alterar el equilibrio de nuestra piel. Podrás bañarte en agua pura y desinfectada en medio de un marco natural idílico. A lo que hay que añadir que es un magnífico terreno de aprendizaje para los niños, que podrán ver cómo funciona un ecosistema y todos los seres vivos que forman parte de él. ¿Se te ocurre un lugar mejor que un alojamiento con piscina natural para pasar tus próximas vacaciones de verano?